Fátima Hernández Martín: ¡Divulga y vencerás!
Fátima Hernández Martín: ¡Divulga y vencerás!
Mónica Jorge
Mª Fátima Hernández Martín es doctora en Biología por la ULL, donde fue colaboradora honorífica de Cátedra del Departamento de Biología Animal y Premio extraordinario de doctorado Cum Laude.
Directora del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife (incluido en el MUNA) desde julio de 2013 responsable de la Sección Marina del centro, ha liderado proyectos de investigación sobre fauna pelágica de profundidad del Atlántico, con estudios de taxonomía, coordinados y organizados bajo su dirección.
“Hubo un tiempo, en el que El destino de la sirena era Volver a empezar, Otra historia, Un paseo por las aguas… Tras la visita de la ingrata dama a La guardería marina, La polizona de la buganvilla, La intrusa, aprendió El valor de las palabras y Aquellos fuegos…trajeron estas aguas al Calor de hogar, Reivindicando a Venus, Robando instantes a la actualidad, clamando ¡Divulga y vencerás!”.
(En negrita, parte de los más de 300 artículos escritos por Fátima Hdez. Martín)
Polifacética, modesta, cercana, de trato afable, apasionada, curiosa, disciplinada y sobradamente preparada y mucho más ¿me equivoco Fátima?
Bueno, yo… no sé qué decirte la verdad (la entrevistada contesta algo ruborizada y con una risa entre modesta y nerviosa, mientras asiente con la cabeza) bueno, lo intentamos, lo intentamos… En la vida hay que intentarlo siempre, intentar superarnos a pesar de todo, a pesar de las dificultades, hay que superarnos y bueno, cuando una ostenta un cargo de responsabilidad, hay que “intentar ser modélica, intentar hacerlo cada día mejor”.
“En la vida hay que intentarlo siempre, intentar superarnos a pesar de todo a pesar de las dificultades”
Turismo y cultura, términos complementarios que dan nombre a esta revista digital hecha en Canarias, defensora y divulgadora del turismo, nuestro principal motor industrial así como del conocimiento y su divulgación, de la “cultura made in Canarias”.
Los museos, concebidos desde siempre como lugares de visita obligada para los amantes de la cultura, han adquirido gran importancia entre los turistas que visitan la isla (de hecho, un tercio de los visitantes de las exposiciones permanentes son turistas). ¿Cree que los museos se han convertido en lugares de interés turístico, de divulgación turística?
Tenemos una afluencia de turistas importante. Los contenidos expuestos en nuestras salas (al igual que los folletos explicativos) figuran en varios idiomas para llegar a turistas de países diversos. Hay audioguías donde se resume lo más interesante desde el punto de vista del patrimonio natural y del patrimonio arqueológico del MUNA, así que yo creo que es un lugar importante de divulgación de ciencia y trabajamos para que cada día, lo sea mucho más.
El MUNA (Museo de la Naturaleza y Arqueología) reconocido por parte de AENOR del Certificado del Sistema de Gestión de Accesibilidad Universal, primer museo público español en conseguir este reconocimiento, ha sido premiado recientemente por la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Tenerife (APIT).
En general, los Museos de Tenerife hemos recibido varios premios. La Asociación Profesional de guías turísticos de Tenerife (APIT) nos premió en un acto muy emotivo que tuvo lugar en el Cabildo, del que dependemos, “la casa madre” la llamamos. Muchas veces la labor de los equipos multidisciplinares es reconocida y esto no te hace quedarte quieto/a, sino al contrario, mejorar cada trabajo. Asimismo, han sido premiadas determinadas exposiciones realizadas en los museos.

Acto de entrega del reconocimiento a Museos de Tenerife por parte de la APIT (Cabildo Insular de Tenerife)
La dirección de un museo como el Museo de Ciencias Naturales que usted dirige requiere muchas horas, pero usted además realiza ponencias, modera debates, presenta libros y revistas… ¿de dónde saca el tiempo Fátima Hernández?
Yo creo que siempre se puede sacar tiempo cuando te lo pide gente y, si te lo pide con tantísimo cariño, no te puedes negar…Yo soy directora por las mañanas, digamos, pero muchas veces por las tardes acudo a actos de varias asociaciones. Por ejemplo, pertenezco a la Tertulia de Amigos del 25 de julio, para mí es un honor, muy importante formar parte de esta Tertulia que realiza una labor loable en Santa Cruz. Naturalmente, ocupa un lugar destacado, la Asociación de Amigos del Museo la Naturaleza y Arqueología (MUNA) que está trabajando muchísimo y con mucho esfuerzo. La Junta Directiva está integrada por personas muy conocidas en diversos campos: naturaleza, biología, geología, arqueología (profesores, académicos, naturalistas de gran prestigio) que colaboran activamente en la realización de excursiones, debates, conferencias, etc. Además, muchas veces nos piden dar conferencias, moderar debates, realizar presentaciones y una, tiene que sacar el tiempo, pero lo hago muy feliz… De todas formas, a mí me gusta muchísimo impartir conferencias, suelo hacerlo a menudo. Al igual, te comentaba lo del Club de lectura (unas reflexiones sobre libros, que coordino en el Círculo de Amistad XII de enero) lo que me supone un trabajo, es cierto, pero que me hace aprender…Buscar información, datos, en este caso, preparar debates sobre libros que me han gustado, es una forma de trabajar que me apasiona, la verdad es que sí.

Impartiendo la Conferencia “De los gabinetes de maravillas a los museos de ciencias naturales en vanguardia: el MNH de Tenerife” durante la apertura del curso 2014/-15 (Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife).
Los artistas y resto de personas que van creando como usted, divulgando periodísticamente, investigando y compartiendo sus creaciones y resultados, a pesar de la mutabilidad del ser humano, de “tener nuestros días contados” lo bueno es que cuando uno/a crea, su obra perdura en el tiempo sobreviviendo a quien la creó, permitiendo al resto de generaciones poder conocerla, disfrutarla…
Esos análisis científicos, esos arduos trabajos de horas y horas de búsqueda, investigación y refutación, de contrastar y confrontar argumentaciones y resultados ¿esa labor tiene fin?
¿Una científica cesa en algún momento de investigar?
Nunca, tampoco de buscar… Además, desde que soy directora del Museo de Ciencias Naturales “tengo una manía” y es que todos los días, lo primero que hago cuando llego al despacho, es consultar las principales revistas científicas (a nivel mundial, europeas, americanas, caso de Nature, Science, Current Biology, por citar algunas…) así como los resúmenes de ciencia para ver por dónde van, qué están haciendo otros equipos de trabajo, aunque no investiguemos lo mismo. Coordinando un museo de Ciencias Naturales es importantísimo estar al día en temas relativos a conservación, investigación y divulgación.
Si me lo permites, aprovecho para hacer un pequeño inciso, el Museo de Ciencias Naturales es una institución que para mí es un honor dirigir. En la actualidad, hay un potencial humano e intelectual allí impresionante (esto lo extiendo al resto de museos de Tenerife). Los profesionales de museos son gente muy especial.
Seis años de andadura como directora del Museo de Ciencias Naturales habrán dado cabida a anécdotas de todo tipo ¿querría compartir alguna con nosotros?
Pues sí, hay una anécdota muy curiosa, Mónica, que pasó hace ya algún tiempo… Como tú sabes, en el Museo hay una estrecha relación con la sociedad y la gente suele ser donante de algún tipo de pieza de colección o elemento que encuentra en la naturaleza y acude a nuestra institución a asesorarse e incluso a donarlo. Hace unos años un señor llegó al Museo con un animal que había capturado en la dársena pesquera de Santa Cruz y que él decía era “un monstruo” porque era como un pulpo-calamar. A nosotros en principio nos sorprendió cuando nos lo trajo, porque lo que para él era un ser aberrante, era en realidad un molusco cefalópodo de una familia muy conocida para los científicos. Entonces, lo que el señor había pescado realmente era un pulpo de una familia determinada, que habita en alta mar, dotado entre los brazos de unas membranas, de un género muy concreto Vampiroteutis (que nosotros conocíamos perfectamente) pero que a él le causó una gran impresión, porque pensó que había capturado un monstruo marino al que denominó “pulpo-calamar” (por cierto, hoy en día muy bien custodiado en nuestras colecciones).
Y bueno, anécdotas de éstas, hay muchísimas… (reímos ambas).
Escritora muy prolífica, ha escrito más de 300 artículos, colaboradora en distintos medios de comunicación, radio, tv, prensa escrita y digital ¿dónde se siente más cómoda Fátima Hernández?
Me siento cómoda en todos los lugares, aunque donde me siento realmente cómoda es cuando me pongo a escribir. Siempre digo que la mano vuela, me vuela. Son momentos en los que me evado y empiezo a inventar historias y las plasmo, me gusta plasmarlas, vinculándolas en la mayoría de los casos con asuntos de ciencia y así, aprovecho y divulgo.
“Yo siempre digo a la hora de escribir que la mano vuela, me vuela”
Yo empecé a escribir mis primeros artículos en la Gaceta de Canarias, ¿recuerdas ese periódico? ahí me ofrecieron una columna los domingos donde escribía mis artículos, contribuyendo gratuitamente siempre, y cuando veía esa columna publicada, me llenaba de orgullo, después cerró y dije: “se acabó, seguiré con mi trabajo en el Museo y nada más”. Pero una siempre tiene el gusanillo de escribir cosas y entonces colaboré en otros periódicos locales. Ahora también en la web de Museos de Tenerife y la web de la Tertulia de Amigos del 25 de julio, que recogen mis aportaciones y las difunden.
Para mí, escribir es relajarme, me encanta, me llena, me evade….
No lo considera un trabajo, lo hace con placer…
Estoy en casa y, de repente, pienso en un tema, lo anoto en un cuadernillo y pienso: “esto podría desarrollarlo yo en relación a esta temática” y comienzo a escribir, hago mis pinitos, es como un pasatiempo (muy grato por cierto).
Vamos a retrotraernos en el tiempo, esa joven Fátima Hernández que estudió Bachillerato en Colegio La Pureza de María, de la capital santacrucera.
Estudiar en el Colegio de La Pureza en cierta manera ha marcado la vida de muchas personas, porque fue una educación excelente, con un profesorado maravilloso que te hacía buscar conocimientos, leer, querer saber más de las cosas, un profesorado muy estricto, algo que yo en el fondo agradezco. En parte, mi desarrollo profesional (me refiero a conocimientos, a la Universidad, todo esto…) tenía esa base tan importante, eso fue esencial.
Algo que se trabajaba mucho en ese colegio (en el cual yo también estudié) son “los valores”. Yo, en el aula, en mi faceta de formadora los pondero a diario, aunque considero que la educación se ha de adquirir en el hogar, en el ámbito familiar …
Los valores, sí, es verdad, el respeto por lo que es la familia, que se detectaba en el profesorado mismo. Recuerdo aquellos profesores maravillosos, como Monsieur Dekany (que fuera cónsul honorario de Francia en Tenerife), profesor de francés, la profesora Iraides que te hacía amar el arte, tantas profesoras maravillosas, Mercedes que nos daba literatura. Bueno, no quiero dejarme ninguna en el tintero…
Fue una época maravillosa, además yo recuerdo que, cuando regresaba del colegio, merendaba y entonces, aparte de estudiar, leía libros. En casa siempre nos dejaron muchos libros en Navidad, por Reyes. Aquellos libros maravillosos como “Los cinco secretos”, libros sobre aventuras que te hacían evocar lugares donde tú no estabas, te invitaban a viajar en sueños, y no sé, era todo muy interesante la verdad. Fue una etapa preciosa y la recuerdo con muchísimo cariño, una etapa que ha marcado mucho mi vida para bien (los ojos de la entrevistada cobran un brillo especial, nostálgico, recordando esta etapa vital).
“dentro de la rigidez de un colegio religioso viví una época de libertad, de conocimientos”
La etapa estudiantil marca, en cierta manera, el adulto que seremos a posteriori.
Y por donde va a ir dirigida tu vida, aquellos gustos que tú vas a desarrollar. Por ejemplo, yo soy de ciencias, evidentemente, pero soy una enamorada del arte y cada vez que puedo, voy a pinacotecas a admirar a los grandes maestros (las obras que a mí me gustan, sobre las que he leído o artistas que he admirado) incluso, descubro algunos desconocidos. Da la casualidad de que en parte, esto se lo debo a una profesora que en el antiguo Bachillerato, nos proyectaba con aquellos aparatos tan antiguos, arcaicos, aquellas diapositivas que nos entusiasmaban, en cierta manera todo ello marca tu vida…
Salía del colegio e iba a librerías de Santa Cruz ¿te acuerdas de Goya, en la calle Viera y Clavijo?
“La divulgación de conocimientos hay que fomentarla porque es enriquecedora para todo, nos hace mejores”
Sí, sí que la recuerdo.
Bueno, pues ahí había libros de bolsillo depositados en estantes, estructuras giratorias. Ahí empecé a leer (con solo trece años) en formato de bolsillo a Alberto Vázquez Figueroa (véase entrevista a Vázquez Figueroa en el link http://turismoyculturadecanarias.es/alberto-vazquez-figueroa-rial/) pero novelas rarísimas, las primeras de él, como Manaos, ¡fantástica!, Viaje al fin del mundo, una novela maravillosa que tiene además un final inesperado, después, le perdí el contacto porque a mí, los escritores, me gusta leerlos pausadamente… También compraba a Indro Montanelli, un escritor italiano que tuvo problemas, porque fue perseguido políticamente, para leer su Historia de Roma o Historia de Grecia. Recuerdo a una profesora de literatura, en el colegio, que nos decía: “compren determinado libro, aunque a lo mejor es difícil de conseguir” (te hablo incluso de títulos que, en la época de la dictadura franquista, a lo mejor, no se podían adquirir). Por eso, dentro de la rigidez de un colegio religioso, yo viví un momento de libertad, de conocimientos. En aquella época yo podía leerme hasta tres y cuatro libros al mes fácilmente. Fue una etapa en la que yo disfrutaba, mi mundo era ese, yo no tenía otro mundo, a veces, me pregunto si perdí tiempo dejando de hacer otras cosas, ¿me entiendes? como conocer más gente por ejemplo…
“en la misma ciencia si tú haces una investigación, tienes que fomentarla para compartir esos conocimientos. Si no, no tiene mucho sentido…”
Yo coordino un club de lectura “Reflexiones sobre libros” que me supone un trabajo arduo, pero yo creo que hay que compartir lo que uno ha descubierto, hay que compartirlo con los demás (libros, noticias, información…). Esa necesidad de compartir con los demás, para que los demás también gusten, disfruten de eso que te ha hecho feliz, es importantísimo. Y aunque supone una labor compleja: buscar el libro, preparar la conferencia, elaborar una presentación (a veces hasta con música incorporada) es muy gratificante cuando, al final, una señora se me acerca y me dice: “me encantó, no conocía el tema o el libro y me lo voy a comprar” eso, lo compensa todo.
Muchas veces, en ciertos sectores (no solo de ciencias), hay mucha gente reacia a compartir. En ciencia si se hace una investigación, tienes que divulgar esos conocimientos, si no, no tiene mucho sentido… La divulgación de conocimientos hay que fomentarla porque es enriquecedora para todos, nos hace mejores.

Entrega de la distinción al Grupo de la Alianza Francesa de Sta.Cruz de Tenerife por parte del Ayuntamiento de la capital
¿Divulga y vencerás, Fátima?
Divulga y vencerás, así titulé uno de mis artículos.
Y… ¿ha ganado esa batalla? ¿va venciendo?
La batalla es día a día, pero bueno, por lo menos una lo intenta en este mundo que estamos viviendo en la actualidad, bastante complicado, con muchísimos conflictos de todo tipo y no solo hablo a nivel político… Hay que seguir poniendo cada uno nuestro granito de arena, esa es la única manera de hacer las cosas un poco bien.
Volviendo a la divulgación, hay una revista en la que divulgan desde el museo, la actualidad científica y en la que usted colabora activamente.
El Museo edita y publica la revista Vieraea, una revista científica de gran nivel, la cual dirijo desde el 2016 sucediendo a antiguos directores de gran prestigio y valía que ya se jubilaron. Hay un equipo editorial fantástico, además Vieraea publica artículos de investigadores nacionales y extranjeros, estando muy reconocida en el ámbito de publicaciones científicas a nivel mundial. Hemos conseguido que sea digital, como sabes, hoy hay que tener presencia online y, además, esto supone un factor ecológico importante por el ahorro de papel. Hay que pensar siempre, como museo de ciencias naturales en el respeto al patrimonio natural…
Por otro lado, la Asociación de amigos del MUNA edita la revista Makaronesia, que tengo el honor de presentar todos los años en el Salón de actos del MUNA. Se trata de una joya también, aunque es de altísima divulgación. Cuando la presento siempre digo que se halla en la frontera entre lo que es la ciencia y la divulgación. Estéticamente es preciosa y sus contenidos son de una calidad impresionante, publica artículos de científicos, pero también de naturalistas y aficionados al medio natural, las dos revistas son maravillosas (un orgullo para Museos de Tenerife).
Muchas jornadas dentro del museo y en esos sus momentos de ocio ¿viaja?
Sí, me encanta, soy una enamorada de la naturaleza, de los pueblos y de las ciudades…
Y… ¿encuentra hueco para seguir visitando museos?
Me apasiona la naturaleza, el estudio y respeto por la naturaleza (fauna, flora y gea). Su divulgación es algo que me preocupa, me ocupa, y es algo que me amarga cuando veo en ocasiones, desastres ecológicos o maltrato a la biota. Pero (como te comenté al inicio) tengo una pasión por los museos de todo tipo, en especial, los de arte.
He tenido la suerte además de ver “in situ” obras sobre las que escribí, en su día, artículos o leí cosas interesantes. Por ejemplo, recuerdo cuando observé hace mucho tiempo, en Alemania, a Nefertiti. También en un pequeño palacio de Cracovia, el cuadro, La dama con armiño, de Leonardo o recientemente, en San Petersburgo, maestros ingleses, cuyos retratos del S.XVIII me encantan, así como artistas rusos, caso de Iván Aivazovsky, que pinta como nadie los mares embravecidos durante temporales. Cuando los veo en su Museo correspondiente, me emociono, es como recibir un regalo que alguien te ha hecho, algo con lo que tú soñabas, que te hacía ilusión. Eso es gratificante,son fases: la espera, la búsqueda, el hallazgo…
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Viajera incansable, ¿su último viaje a dónde ha sido?
Mi último viaje ha sido a San Petersburgo, era una asignatura pendiente que tenía, desde pequeña. Siempre me ha gustado la Historia de Rusia, la arquitectura (los palacios), los escritores rusos maravillosos…Tuve la suerte de estar en las tumbas de Dostoyevsky y Chaikovski, en un cementerio precioso que está en San Petersburgo, donde además está enterrado Agustín de Betancourt, nuestro ilustre e insigne tinerfeño. Fue muy emocionante visitar su tumba y conocer más a fondo su historia, así como observar que su obra está dispersa e impregnada en la ciudad (llamada la Ciudad Museo). Ver la placa del Gobierno de Canarias, junto a su tumba, fue muy emocionante…
¡Qué pena que en Canarias no se conozca demasiado bien la figura de este prestigioso ingeniero civil y militar, arquitecto, ensayista, precursor de la radio, telegrafía y la termodinámica! Me aventuraría a afirmar que posiblemente haya gente de San Petersburgo que conozca mejor la obra y orígenes de Dº Agustín de Betancourt que sus propios paisanos.
Posiblemente, fue hace unos días que visité su tumba, fue emocionante, así como conocer más a fondo su historia y bueno, el Hermitage, también me emocionó.
Y un pequeño secreto, si me permites que te lo cuente Mónica, yo desde hace muchísimos años he estado recopilando información sobre un tema que me apasiona, la famosa Cámara de Ámbar, considerada la octava maravilla del mundo, que estaba en el Palacio Catalina y que durante la II Guerra Mundial fue desmontada y trasladada por los alemanes, que se la llevaron de Rusia. Fue todo un misterio, que si estuvo expuesta en un palacio cerca de Kaliningrado, que si se perdió en ruta… Hace algunos años se hizo una réplica y está expuesta en el Palacio Catalina (a unos 20 kilómetros de San Petersburgo). Pues se trató de toda una experiencia, estar dentro de la Cámara, aunque fuese una réplica.
Por tanto, he cumplido uno de mis sueños, visitar l’Hermitage, la Cámara de Ámbar y la tumba de Betancourt, esto último, como he comentado, en un monasterio (no lejos del centro) con un cementerio romántico precioso anexo. Allí está enterrado nuestro ilustre, junto a los padres de la literatura y del arte rusos.
¿Se considera amante de la lectura?
Puedo pasarme horas y horas en una librería. Me encantan las librerías, sobre todo las antiguas, buscando libros, títulos que me resulten interesantes sobre ciencia, historia y arte. Últimamente leo mucho ensayo de ciencia, por mi trabajo evidentemente, pero tuve una época en que no se me resistía ninguna obra histórica. Por cierto, una curiosidad, las portadas me llaman la atención, algo que pudiera parecer anodino para determinadas personas, sin embargo, es curioso, porque la selección de determinadas portadas por los autores dice mucho también, cuidar una portada dice mucho… Me siento a veces imantada (si me permiten la expresión) por determinadas portadas, que me han llevado a unos buenos contenidos, es curioso, pero me ha ocurrido en ocasiones, no siempre.
“me he sentido imantada por determinadas portadas que me han llevado a unos buenos contenidos”
Y en la contra ¿una portada con nula estética, pero con un contenido interesante?
Es raro, porque normalmente en el tipo de libro que a mí me gusta el autor cuida mucho qué pone en la portada. Siempre busco detrás del grabado, la pintura, el diseño, cuál es el origen, el porqué de esa elección.
¿Porque piensa quizás que el autor se lo ha trabajado?
Ha sido cuidadoso.
Aunque, no juzgamos a un libro por su portada ¿verdad?
En absoluto, no. Pero normalmente, sí que lo hago por la forma de la escritura. Hay una forma de escribir que me gusta o no me gusta, eso también forma parte de la libertad de elegir de las personas, pero sí es cierto que puedo dejar un libro a las diez primeras páginas, si ya veo que no hay feeling…
Tengo una máxima: “Compra el libro, aunque no tengas tiempo de leerlo, porque lo tienes y es tuyo, es un sentido de posesión”
¿Libro de papel o libro digital?
Esta pregunta me la han hecho varias veces…
Con respeto hacia lo digital, que tiene además una connotación ecológica importante, el libro antiguo (de papel), el marcador, las anotaciones a lápiz hechas en los márgenes, todo ello tiene un componente importantísimo para mí.
Yo tengo miles de libros, porque suelo comprar muchísimos libros, incluso algunos no los leo y los tengo porque pueden agotarse y más tarde, cuando los necesito, los hallo fácilmente, etc.
Hace años escribí un artículo titulado “Laberinto de pasiones” sobre las librerías. Además, tengo una máxima que es: “Compra el libro aunque no tengas tiempo de leerlo” porque lo tienes y es tuyo, es un sentido de posesión, de necesidad en el futuro.
¿El mar o la mar?
El mar, si hablamos desde un punto de vista científico, pero yo, diría la mar (como dicen los marineros) es más poético.
¿Cuándo surgió su amor por la biodiversidad?
Creo que, desde siempre, desde pequeña me han gustado mucho la naturaleza, el arte, la literatura. Desde pequeñita yo he vivido siempre cerca del agua, muy cerca del Puerto, por lo que siempre he llevado al mar impregnado en la retina y bueno, me fascina el olor del mar, escuchar el sonido de las olas. Toda esa cercanía a la costa me llevó a decidirme por la biología y a especializarme en un campo, que aprovecho para reivindicar, “la planctología”, los pequeños organismos que flotan en las aguas, imperceptibles para el ojo humano y, que sin embargo, tienen un papel ecológico fundamental ya que son la base de vida en los océanos.
¿Nos va a dar una primicia sobre su próximo trabajo?
Estoy preparando varias cosas… Este mes de octubre he impartido una conferencia con motivo del aniversario del nacimiento (250 años) de Alexander Humboldt y del 220 de su paso por Tenerife, un hombre interesantísimo. Además, la Asociación Cultural Humbolt está realizando una labor impresionante para divulgar su obra, la de un maestro en muchísimos aspectos que estuvo aquí y se enamoró de Tenerife. La conferencia ha versado sobre la proyección en arte, la cartografía y la ciencia (relación con fenómenos actuales). Y bueno, ando siempre organizando actividades, el Museo está preparando exposiciones y escribo mucho, siempre hay cosas que hacer…
Le voy a proponer un juego, le menciono un término y usted me dice lo primero que le venga a la mente.
Futuro: esperanza.
Ciencias: soluciones.
Microplásticos: tragedia.
Lectura: placidez.
Museo: trabajo e ilusión.
Viajes: conocimiento.
Reciclaje: importancia.
Vieja: ¿Vieja? ¿De anciana o de pez? (reímos ambas) De pez… deliciosa.
Macaronesia: un lugar para soñar
Chuletón: bueno (de vez en cuando, no mucho).
Valores: importantísimos en la sociedad.
Biodiversidad: futuro, salud, energía.
Una flor: me gustan mucho las camelias.
Un animal: Neroncito, mi pequeño loro.
Un deseo: ¡Que nadie sufra! ¡Que nadie sufra!
¡Que nadie sufra! Un bello deseo como colofón a esta entrevista ¿no creen?
Mónica Jorge González

Fátima Hdez. Martín junto a la periodista y formadora Mónica Jorge Glez.
(jardín del Hotel Iberostar Mencey)
Mónica Jorge

Periodista. Formadora en HHSS, Oratoria y Ventas. Residente en Tenerife.