Exposición Proyecto Multidisciplinar “RetrataDOS” 2018

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Exposición Proyecto Multidisciplinar “RetrataDOS” 2018
RetrataDOS, DOS con mayúscula

ANTONIO CERPA y FELIPE JUAN

Cerpa Serie Retratos

Cerpa Serie Retratos

Para responder a la invitación de participar en el proyecto RetrataDOS, además de mi agradecimiento por hacerme partícipe, lo primero que se me ha ocurrido es indagar en el significado del número dos y, de entrada, vemos que tiene relación con la manera de ser pacífica, con la amabilidad, bondad, timidez y humildad; los que optan por este número prefieren vivir felices, humildemente, a vivir acompañados por el lujo, deciden alejarse de ser el centro de todas las miradas para así ser, simplemente, una más; además les gustan las mascotas y el cuidado de las plantas, algo que se percibe en sus obras plásticas.

Catálogos Retratados

Catálogos Retratados

Son, en suma, unos datos que, de forma sorprendente, podrían definir, junto a otros muchos adjetivos y virtudes, a Antonio Cerpa y a Felipe Juan; a Felipe Juan y a Antonio Cerpa por aquello del monta tanto, tanto monta.

No pretendía retratar físicamente a estos, en esta ocasión retratistas, artistas plásticos con una dilatada trayectoria, dos pintores que han decidido unir su creatividad y compromiso con los otros en un mismo proyecto plástico, en ningún momento pasó por mi cabeza hacerlo pues soy consciente de que con mis capacidades soy incapaz de moverme en un campo de la cultura en el que sólo soy un convencido admirador, un fiel seguidor, pero sí que, con mis letras, quería intentar retratar su alma, su psicología, su manera de ser, eso que dicen que es tan complejo de retratar con los pinceles, y creo que he conseguido transmitir, por la menor complejidad que para mí conlleva la escritura, no como prosopografía y sí como etopeya, aquello que les caracteriza como seres humanos cercanos y solidarios, comprometidos y dispuestos a hacer que, al menos, su entorno sea un espacio lleno de creatividad y de compromiso.

Exposición Retratados (Cartel Valleseco)

Exposición Retratados (Cartel Valleseco)

No es la primera vez que participo en una actividad en la que interviene mi queridísimo amigo Felipe Juan pero sí que lo es con Antonio Cerpa pero he de decir que es como haber vuelto a ver al amigo que siempre estuvo ahí, ese que esperaba, y al que esperaba, con el deseo de que nuestros caminos se encontraran y transitáramos juntos parte del que nos queda por recorrer.
Retratando

Retratando

El tema elegido, como ya hemos podido apreciar, ya es en sí mismo un gran reto pues el retrato exige un alto nivel de dominio de técnicas y recursos que no están al alcance de cualquier artista plástico. También hay que decir que, en general, se puede pensar que el retrato limita la creatividad del artista pues debe parecerse al retratado, el retrato ya se practicaba en el siglo V pero como reproducción fehaciente de los rasgos físicos, no dejando mucho margen al principio pero según han pasado los años, el artista, atendiendo a su propia sensibilidad, ha sido capaz de alejarse de aquel mero retrato, incluso aportando al mismo no sólo su personal interpretación de los rasgos del retratado sino otros aspectos que considere que profundizan en el personaje, en sus hechos y en su tiempo, incluso puede atreverse a transgredir el momento en que les tocó vivir, viéndolo no sólo desde su propio momento sino desde el que son llevados al soporte.

El retrato también está relacionado con el estudio y con la formación previa; no sólo es un buen retrato aquel que tiene parecido con el retratado sino el que profundiza en la filosofía, en el alma del que es plasmado, y eso no está al alcance de cualquier artista plástico.

En Canarias hemos tenido grandes retratistas plásticos: Carlos Morón, José Perera, Alejandro Reino, son ejemplos de ello, y Antonio Cerpa y Felipe Juan siguen, cada uno a su manera, su estela.
Al contemplar los treinta retratos realizados, en gran y pequeño formato, quince de cada por cada uno, nos podríamos preguntar: ¿Cuál es el fin del retrato? La respuesta clásica sería el parecido con el retratado pero desde fines del XIX y, fundamentalmente, en el siglo XX, con la llegada de los ismos, aparecen otras finalidades y propuestas: la invitación a la reflexión, las llamadas de atención haciendo que la importancia del punto y de la mancha y la ausencia de realismo llevaran a tener otros fines en el arte. ¿Cuál es la finalidad de RetrataDOS?

La respuesta puede ser un homenaje; un descubrir a otros autores, quizá menos conocidos y no por ello menos importantes; una invitación a la reflexión sobre su obra y sobre nuestras propias vivencias con respecto a determinadas cuestiones, relacionadas con el mundo de la plástica y con el de los valores fundamentales, ya que estos son las actividades por las que han destacado los en esta muestra RetrataDOS.

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CERPA Y FELIPE JUAN

CERPA Y FELIPE JUAN

“Dos hombres y un destino”, aquella película dirigida por George Roy Hill, interpretada por Robert Redford y Paul Newman, no sé la razón por la que me vino a la cabeza, pues nada tiene que ver con nuestros protagonistas, posiblemente se ha debido a su deseo de recorrer juntos un tramo del camino.

Ese camino que Felipe Juan aborda como novedad y el que Antonio Cerpa lo hace desde la experiencia, aunque ambos demuestran su capacidad para afrontar este reto, a mi entender, magníficamente llevado a cabo.

Ante nuestras miradas se van a presentar diferentes personajes, tanto insulares como aquellos otros que tienen una trayectoria menos ceñida al aislamiento que conlleva el vivir en islas.
Se pinta por placer o por hacer realidad proyectos que se desea compartir con aquellos que están dispuestos a acercarse a disfrutarlos pero no se puede decir que el arte sólo tenga una única misión, un único objetivo, en este caso que nos ocupa, una serie de retratos, sino que va más allá pues sus artífices son capaces de ligarlo a los hechos y obras que el retratado, en su momento, hiciera, por tanto los propósitos de Antonio Cerpa y Felipe Juan, como dijera Carlos Arean en un artículo titulado “La misión del arte”, en el año 1973 y en la revista Gazeta del Arte: “Todas las formas que el hombre crea, pertenezcan al tipo que pertenezcan, constituyen diversas maneras de convertir en una realidad objetiva el sentimiento del mundo y los afanes de ordenación del mismo que caracterizan a los hombres de un determinado ámbito cultural en un momento concreto de su evolución.” La obra de arte no se puede quedar sólo en eso, en un acto meramente estético, no puede tener ese único objetivo, sino que es un personal punto de vista, uno más, de cualquier aspecto de nuestra existencia, que se une a cada punto de vista individual, la de cada espectador que se acerque a la obra. Se nos invita a reflexionar, en voz alta o baja, además de a contemplar lo que para uno será bello y para otros no tanto, lo que para algunos será soberbio y para otros un mero retrato más y ahí radica el arte y las diferentes maneras de posicionarse ante, en este caso, cada uno de los retratados. ¿Qué te inspiran? ¿Qué te sugieren? ¿Qué se nos quiere transmitir?

Catálogos Retratados

Catálogos Retratados

Quizá la admiración del artista hacia el retratado, ¿qué razón es la que le lleva a plasmarlo en una posición determinada y por qué no en otra?, ¿qué significado tiene aquello que lo complementa? ¿por qué determinados colores o la ausencia de ellos?, ¿en qué momento ha decidido llevarlo al soporte y con qué luz?… Nos podríamos preguntar sobre la razón de la admiración, el por qué razón lo retrata de esa manera, o el por qué del amarillo o el rojo o el verde y no el violeta o el rosa o el gris…

Ahondando en los sesenta retratos que vamos a disfrutar en esta muestra hay que decir que Antonio Cerpa nos presenta, entre otros, al pintor, recientemente fallecido, Alberto Manrique, Felo Monzón, su admirado Pablo Picasso, un personalísimo Salvador Dalí o Van Gogh. Felipe Juan nos deja su impronta en sus retratos de: Virginia Wolf, Teresa de Calcuta, Jesucristo, Nelson Mandela, o Kenji Miyazawa,

como podemos apreciar diversos en sus obras y pensamientos, atractivos para unos y no tanto para otros pero, al fin y al cabo, seres humanos…toda una galería de personajes que nos llevan a sumergirnos en sus vidas, sus mundos y también en sus sueños, en sus valores y, por qué no, en sus miserias que, como cualquier ser humano que se precie de serlo, también las tuvieron. Están invitados a indagar, a reflexionar y a preguntar a sus autores sobre los diferentes aspectos de los retratados y, por ende, del momento en que les tocó vivir, que consideren convenientes, haciendo así de esta muestra un evento vivo y participativo que es, en realidad, lo que debe perseguir cualquier exposición pictórica.
Juan Francisco Santana Domínguez

Retratados por dos…y escrito por muchos.

La idea surgió casi como una broma, como un verbo incumplido, pero para mi buen amigo Felipe Juan, disciplinado y trabajador como pocos, fue más que suficiente para poner toda la maquinaria en funcionamiento, esa maquinaria de convertir los sueños en realidad a golpe de pincel y esfuerzo. Su ilimitada generosidad y su contagioso entusiasmo han hecho posible que hoy estemos los dos aquí, compartiendo esta experiencia pictórica, en un barco al que se han sumado una treintena larga de talento literario, tantos buenos amigos de las letras, de la narrativa y la poesía, que han puesto con su magia, el broche de oro a esta experiencia.
Un camino sin luz, donde reinan las sombras más profundas, se convierte en una senda imposible de andar, pero iluminado con una luz cegadora estaremos en el mismo problema, en ambos casos no vemos por donde pisamos, solo el equilibrio dará la iluminación adecuada que nos desvele el camino a seguir, la templanza hace que el trayecto sea más cómodo y en eso se resume nuestra exposición compartida.

La búsqueda de un personal ying yan, esta vez compartido y enriquecedor, a través de la pintura.

Somos dos los pintores, compartiendo una experiencia que nos complementa fundiéndonos en uno pero que a su vez cada uno muestra sus dos caras: luz y sombra, por lo que la muestra se divide en cuatro partes…ying yan.
Felipe Juan da su luz en los cuadros de gran formato, rindiendo homenaje a aquellos variopintos personajes que dejaron su huella, su impronta, en la historia de la humanidad, algunos colocados en eternos altares de reconocimientos y otros tragados por injustos olvidos cebados por la ignorancia y la maligna incultura, el pintor intenta disipar la desinformación a través de composiciones narrativas, enriqueciendo la superficie con multitud de guiños y claves con los que esclarecer la vida de los retratados. Felipe se enfrenta a la sombra, ahora en los cuadros de pequeño formato, retratando firmas de la cultura representadas en profundas grisallas, pero aún así el autor es fiel a su filosofía de luz y cada personaje es salpicado por su querido color amarillo que equilibra cada uno de los retratos, ahora desnudos de cualquier información, representados con auténtica sinceridad que da el enfrentarse a estos difíciles temas sin florituras ni trampas.
Por mi parte me enfrento a mis sombras en los cuadros de gran formato, esta vez para rendir un humilde homenaje a aquellos pintores que indirectamente influyeron de una forma u otra en mi formación pictórica, acompañados por sus obras vista desde la perspectiva de mi propia subjetividad.

Mi luz la busco en los cuadros pequeños, dedicados en exclusiva a los artistas de nuestra tierra, plasmados en coloridas caricaturas con la que intento romper lo que a priori podría sonar muy solemne y dar un poco de alegría a todo este conjunto.

He disfrutado mucho del camino que nos ha llevado hasta el día de hoy, esta muestra que se abre para enseñar nuestra visión particular de los personajes retratados, solo me resta dar las gracias a los visitantes que posan su mirada en estos cuadros, a los amigos que han enriquecido todo este proyecto con su apoyo y el talento de sus verbos y sobre todo a Felipe Juan, compañero de fatiga y trabajo, pues gracias a él y por todo, este barco cargado con 60 pasajeros, mil anécdotas y muchas cosas más, ha llegado a buen puerto.
Antonio Cerpa

Medita al Gernika.
Poema a Picasso.
Una luz insensible, vacía, ronca, distante,
pone a la de un débil candil en un aprieto;
porque sí da crédito al disonante alfabeto
pensado por un apocalíptico comediante…
No palpita el caballo su muerte aberrante
porque reconforta al yerto como amuleto
trasmutando al abuelo, al padre y al nieto
en una estatua descuartizada, importante,
que no da la razón al mezquino sustento:
por no condonar las verdades al instante,
por transformarlas al acariciar su aliento:
En verdad llorada ante un niño sin acento.
En verdad preñada de dolor agonizante.
En verdad exiliada de un hogar ardiendo.

Alejandro Dieppa León

AUTOR: FELIPE JUAN (COLABORADOR) y ANTONIO CERPA

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